Un enfoque ágil para la gestión del proyecto no evitará que se presenten los cambios :-), sin embargo, por sus características ofrecerá un entorno más favorable para gestionar de forma efectiva dichos cambios.
Basándome en mi lista de prácticas ágiles a continuación expondré qué prácticas ágiles contribuyen más directamente a gestionar los cambios en un proyecto. Podéis consultar la lista completa de prácticas en "Carta de prácticas ágiles: arma tu propio menú" y además, en nuestro sitio AgileRoadmap+ podéis evaluar qué prácticas os podrían ayudar a mejorar en vuestro contexto y establecer un orden para su implantación.
En mi opinión hay dos aspectos claves para conseguir que la gestión de los cambios en un proyecto resulte efectiva: (a) que los cambios aparezcan tempranamente y, (b) que lo que se tenga que cambiar no suponga demasiado re-trabajo.
A. Prácticas ágiles que ayudan a que los cambios aparezcan cuanto antes, especialmente aquellos que puedan tener mayor impacto en el proyecto.
La visualización de todo el trabajo pendiente encargado al equipo (PRA15) y la gestión continua y multicriterio del trabajo pendiente para que esté siempre debidamente priorizado (PRA9), ambas prácticas aseguran que siempre se está trabajando en lo más oportuno desde el comienzo hasta el final del proyecto. Al arrancar el proyecto se debe trabajar en lo más determinante para el éxito del proyecto, y en este ámbito de trabajo es precisamente donde pueden aparecer los cambios de mayor impacto. En la medida que el proyecto avanza se abordarán otros trabajos igualmente necesarios pero menos protagonistas en cuanto a la esencia del proyecto, con lo cual si aparecen cambios en ellos no deberían ser de tanto impacto.
El seguimiento continuo (frecuencia de días, no semanas) (PRA13), el abordar y entregar trabajo terminado de forma incremental (PRA2) y hacer entregas frecuentes de parte del resultado final (PRA3), las reuniones diarias del equipo (PRA14) y reuniones de revisión con el equipo y el cliente al terminar parte del trabajo (PRA19), todas estas prácticas contribuyen a la evaluación del trabajo realizado y a que aparezcan cuanto antes los posibles cambios.
B. Prácticas ágiles que contribuyen a que los cambios no supongan demasiado re-trabajo, o que no supongan desechar trabajo ya terminado.
Hay que evitar invertir esfuerzo en adelantar trabajo que no esté comprometido y/o no esté cercano a su entrega (PRA7). Muchas veces ocurre que la preparación por adelantado de un trabajo, particularmente su especificación detallada, puede quedar obsoleta o el trabajo en sí mismo puede haber perdido prioridad cuando llega el momento en el cual se suponía que se completaría. Promover la sencillez en todos los aspectos para ofrecer la solución más simple y mínima que pueda ser satisfactoria para el cliente (PRA1), esto contribuye a no embarcarse en una entrega demasiado ambiciosa incluyendo elementos que podrían ser prescindibles. Hay una ley de Murphy que establece que cualquier sistema complejo que funciona invariablemente ha evolucionado desde un sistema simple que funcionaba, es decir, cambiar hacia algo más complejo siempre será más conveniente que intentar cambiar algo que, de entrada ya es complejo. Finalmente, la práctica que nos recomienda abordar y entregar trabajo terminado de forma incremental (PRA2), nos abre un camino de desarrollo o mantenimiento incremental, el cual junto con lo anteriormente comentado promoverá que nos centremos en el trabajo que hemos determinado para el corto plazo y a su vez que posibles mejoras interesantes pero no imprescindibles se contemplen para incrementos posteriores.
Patricio Letelier
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